Más de 20 detenidos, entre chinos y españoles, en una operación de la Agencia Tributaria contra una presunta trama de fraude de IVA, Impuesto de Sociedades y aranceles en varias provincias de España. El operativo, bautizado con el nombre de Operación Juguetes, ha supuesto 24 registros en empresas y domicilios particulares, incautándose documentación, ficheros informáticos y otros elementos de prueba, según confirmaron a este diario fuentes de la investigación.
La organización se dedicaba a la importación de mercancías de China, minusvalorando los valores declarados a la Aduana. Funcionarios de la Agencia Tributaria adscritos a la Oficina Nacional de Investigación del Fraude, Aduanas, Vigilancia Aduanera y Auditoría Informática, además de la Fiscalía Anticorrupción, fueron los encargados de realizar los registros en las provincias de Madrid, Guadalajara, Alicante y Almería, siendo las localidades madrileñas de Fuenlabrada y Coslada donde se concentraron la mayoría de ellos.
Los detenidos, que podrán ser 25 cuando concluya la operación, están acusados de participar en presuntos delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales, pertenencia a grupo criminal y falsedad documental. Los datos que constan en la investigación revelan que la organización habría realizado más de 15.000 envíos de mercancía en los últimos cinco años, calculándose que el fraude a la Hacienda Pública pudiera habersuperado los 100 millones de euros.
La trama, cuyo laboratorio central estaba localizado en una empresa de Coslada, estaba liderada por un español que se encargaba de tramitar las labores de gestión aduanera de la mercancía de origen chino que entraba en España. Según precisaron las mismas fuentes,el presunto cabecilla de la trama era el que gestionaba el papeleo al colectivo chino y la logística para trasladar la mercancía.
El presunto gestor de la trama minusvaloraba la mercancía china para que los destinatarios de la misma tuvieran que pagar menos impuestos. Atendiendo a las fuentes consultadas, la mercancíaentraba en España por carretera, después de haber pasado por otro país europeo procedente de China.
La organización vendría operando desde hace años, cambiando de procedimientos y lugares de despacho para evitar ser detectados. En los últimos años, los despachos de importación por aduanas los hacían desde Holanda, por lo que el desmantelamiento de esta organización contó también con la colaboración de las autoridades judiciales holandesas y la policía fiscal de este país. En un buen número de esas importaciones la mercancía se dirigía posteriormente a España. Al entrar en territorio aduanero, a través de un país tercero de la UE, se evitaban los controles de las autoridades fiscales españolas.
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